PRUEBA: CITROËN C4 HDI 150 EXCLUSIVE (parte 2)



Ya estamos de vuelta con la segunda parte de la prueba del Citroën C4 que tanto nos estaba gustando y que habíamos dejado inconclusa. En la primera parte nos gustó mucho su diseño, más “para todos los públicos” que el anterior, su salto adelante en cuanto a calidad interior, su funcionalidad, su gran maletero… Sin embargo cosas como el limitado espacio atrás  -especialmente para las piernas-  o algún guarnecido muy concreto empañan, pero muy poco, la imperante sensación de coche bien hecho.

Pero dejémonos de temas ya tratados y probemos esos 150 CV que se ocultan bajo el capó. ¡Arrancamos!

Motor y prestaciones

Que a estas alturas de la película el HDI de este C4 sea un dos litros presagia algo bueno, entre tanta miniaturización de motores. En este caso se trata de la versión más potente de la gama C4 –con permiso del gasolina THP que eroga 5 CV más-  quedando por debajo el HDI 110 y el HDI 90, nomenclatura que se corresponde con los respectivos caballos de cada versión. Entiendo la estrategia de reservar los más potentes THP y HDI de 200 y 163 CV respectivamente para la versión “premium” del C4, el DS4, pero no la comparto. Creo que le resta potenciales clientes a este C4.


Si por algo se caracteriza el centenar y medio de caballos de este C4 es la suavidad con la que entrega la potencia y lo satisfactorio que resulta en cualquier circunstancia. En ningún momento me ha parecido perezoso, ni siquiera a muy bajas revoluciones, cuando el turbocompresor no sopla con la debida fuerza. 340NM de par a solo 2.000 rpm tienen la culpa de esto.

Sin embargo sí se muestra vigoroso, potente, cuando nos movemos por la zona media del cuentavueltas, pero esto solo es perceptible si vamos con un ojo puesto en el tacómetro, porque el gran aislamiento y la calidad de rodadura camuflan en gran medida la gran respuesta de este propulsor. Adelantamientos, incorporaciones… cualquier recuperación la solventa sin esfuerzo.


Así que tenemos un motor que es suave, muy resolutivo, razonablemente elástico para ser diésel y además moderado en gasto, pues homologa 5 litros cada cien kilómetros, aunque como siempre, la cifra real es un litro y algo mayor. En cualquier caso creo que se pueden conseguir consumos aquilatados si así lo buscamos.

El potente bloque HDI va ligado a un cambio de 6 velocidades de agradable manejo, aunque según gustos, se puede echar de menos un tacto mas deportivo. En lo personal, la mejoría de Citroën en este aspecto, desde el Xsara  -desastroso-  hasta el C4 anterior  -bastante mejor-  y hasta este C4 es notable, pese a haber aún margen para la mejora.

Comportamiento

A nivel dinámico, el nuevo C4 también es un coche muy satisfactorio. No tiene absolutamente nada que envidiar a sus rivales y se destapa como un coche muy rutero por comodidad y por la facilidad con la que hace kilómetros sin que los ocupantes se resientan del viaje. El tarado de la suspensión está muy bien equilibrado y no me ha parecido tan enfocado a la comodidad como venía haciendo Citroën. Esto no es en absoluto un aspecto negativo, porque sigue siendo un coche francamente confortable y a la vez poco dado a balanceos e inclinaciones. No es una tabla, pero se nota que pisa con firmeza.

No he tenido la oportunidad de realizar una conducción deportiva, pero resulta obvio que circulando rápido por carreteras con curvas la puesta a punto del bastidor deja entrever su condición de coche cómodo y dinámico, pero no deportivo. También parece evidente que si le queremos buscar las cosquillas, se mostrará siempre subvirador. El eje trasero va muy bien asentado y la electrónica se encarga de que no se nos vaya la mano.

Los frenos no he podido probarlos a fondo, pero he sentido el pedal muy sensible, característica a la que por otro lado me acostumbre con rapidez. En cuanto a la dirección, me ha parecido mejor que la del anterior C4, en el sentido de que se siente menos artificial, sintiendo más la carretera, aunque no me ha llegado a convencer del todo. Este tacto un pelín artificial, que es cada vez más común, no impide un guiado preciso y satisfactorio del coche, que entra con decisión en las curvas.


Al haber practicado durante toda la prueba una conducción tranquila, resulta casi imposible sacarle defectos a un coche tan cómodo y bien asentado como este. La suspensión trasera de eje rígido no muestra debilidades ni mucho menos en el día a día, pero quizá sea la hora para Citroën de dar el salto al multibrazo para igualarse en este sentido a alguno de sus rivales. Tal vez para la próxima generación.

Equipamiento y precio

El precio oficial de la versión que hemos probado es de 23.750 €, cantidad a la que habría que sumar tres extras: las llantas de 18” (213€), el techo panorámico (690€) y los faros de xenón autodireccionales (977€). Por este precio el equipamiento que obtenemos es el siguiente  -cuidado porque es tan abrumador que puede aburrir-  :

Airbags frontales, laterales delanteros y de cortina delante y detrás, ABS + EBD y ayuda a la frenada de emergencia, ayuda al arranque en pendiente, ayuda al estacionamiento delantero y trasero, ESP, Control de Traccion inteligente, dirección de asistencia variable, antinieblas con función cornering , fijaciones ISOFIX –este elemento tan estúpido no es tan frecuente como creemos-  , llamada de urgencia y asistencia localizada eTouch, medición de plaza de estacionamiento, ordenador de a bordo, regulador y limitado de velocidad programable…


… retrovisor electrocrómico, retrovisores exteriores térmicos, vigilancia de angulo muerto, climatizador, asientos delantero con ajuste lumbar eléctrico y función masaje, luces y limpiaparabrisas automáticos, toma de 220V… en fín, podríamos seguir, pero es estéril puesto que el equipamiento completo lo tenemos a un par de clicks en su página oficial. Solo echo en falta el acceso y arranque sin llave –elemento que ya incorpora por ejemplo Renault desde hace mucho-  y poco más. Cuesta encontrar un coche con una relación calidad precio tan soberbia.

En definitiva, Citroën ha vuelto a hacerlo: ha cogido el anterior C4, ha mejorado sus puntos más débiles, le ha dotado de un halo de calidad perceptible, equipado hasta las cejas y puesto en la calle con un precio muy competitivo. Todo esto manteniéndolo como uno de los coches más seguros, con 5 estrellas EuroNCAP y porcentajes muy altos de protección de ocupantes, situado probablemente entre los tres o cuatro más seguros del segmento.


No hay mucho más que añadir, salvo que cualquier comprador que esté buscando un coche del segmento C está obligado a contemplar esta alternativa de Citroën, el C4, tan brillante en muchos aspectos. Que me vengan ahora con marquitis, después de subirme a este francés…


Mi más sincero agradecimiento a Pablo Fernandez, “Pol”, por su amabilidad y su colaboración para hacer esta prueba. Da gusto tener amigos con quien poder compartir esta pasión.

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