LOS JAPONESES ATÓMICOS


Acabo de empezar a ver Best Motoring. Sé que alguno querria aplicarme garrote vil por semejante confesión  -a punto he estado de no hacerla-  pero he preferido arriesgarme a "descubrir a América" por si no soy el único rezagado que se ha estado perdiendo esta joya televisiva. En mi descargo he de decir que conocer, la conocía de hace años, pero por algún motivo no me enganchó. Probablemente ni mi inglés era suficiente ni mi enfermedad automovilística tan grave, aunque esta último detalle ha sido convenientemente solucionado por blogs patrios de recomendadísima lectura como Fuelwasters u 8000vueltas.  

Lo primero es avisar de que Best Motoring no es algo que le guste a todo el mundo, ni aunque te vuelvan loco los coches. Si TopGear es un programa que ha optado por llegar a más público mezclando coches con humor, show y espectáculos diversos  -muy atractivos, en mi opinión-  en Best Motoring han escogido el camino opuesto: especializarse hasta el absurdo, alcanzando cotas de frikismo que solo podrían funcionar durante casi 25 años  -del '87 al '11-  en un país con una cultura automovilística como la que tiene Japón.


No creáis que exagero: acabo de ver como comparaban y comentaban los desarrollos de la caja de cambios  -al detalle-  entre el NSX "normal" y el NSX Type-R, y más tarde como enfrentaban diversos parámetros de suspensión entre el Integra SiR y el Type R, esto es, la dureza de los muelles en kgf/mm, la de los amortiguadores y el grosor de la estabilizadora, tanto delante como detrás. Una locura no apta para todos los públicos.

Pero sin duda el punto fuerte del programa es cuando cogen 5 o 6 coches y los ponen a competir en circuito para averiguar cuál es más rápido, por qué y en qué flaquea, dejando lo mínimo posible a la subjetividad. Y luego habría que hablar de los pilotos habituales en estas carreras  -porque son carreras reales, sin dramatizar nada, ya he visto algún que otro golpe-  porque su nivel es inenarrable: el que no es piloto del JGTC y campeón de Formula 3 como Naoki Hattori, es bicampeón del actual Super GT como Wakisaka, o el más que reconocible drift king, Keiichi Tsuchiya, o el tipo este, Nakaya, que conduce los Evo como si no hubiera mañana.



Con ese estilo tan suyo  -la repetitiva musiquilla electrónica nunca falla-  los japoneses hablan sin tapujos de lo nacional y lo extranjero: no les tiembla la voz si tienen que hablar del maldito subviraje de un Impreza, del sobrepeso de un M5 o de lo delicado a la entrada pero efectivo a la salida que es un 911.

Si esperas análisis pormenorizados, tan europeos ellos, de la calidad interior, del equipamiento o del precio de cada versión, no los vas a encontrar aquí. Bastante que te ponen una foto del habitáculo durante unos segundos, el resto lo verás en las cámaras onboard durante las carreras. Ahora bien, volantes, pomos y pedaleras podrás memorizar unas cuantas, sobre todo cuando los durante las carreras te quedes embobado mirando el juego de pies que manejan esos japoneses atómicos. Envidio terriblemente esa forma de ver el coche en la que la conducción el centro y todo lo demás resulta accesorio. En nuestro continente la tendencia sigue un camino diametralmente opuesto: la conexión para el iPod, las rebabas de los plásticos, lo blandito del salpicadero, la háptica de la botonería... todo parece ser de importancia capital para todo buen coche que se precie de serlo.



A los interesados, no os costará encontrar la serie buscando en las-paginas-que-todos-sabemos o usando los-programas-que-todos-usamos. Merece la pena aunque solo sea por ver una vez su particular formato, tan diferente de nuestros conocidos TopGear, Fifth Gear o MásQueCoches, si es que a este último se le puede poner al lado de los otros dos en modo alguno.

Contenido extra

Esta carrera entre Evos e Imprezas con diferentes especificaciones es para no perdersela: desde la espectacular realización hasta las cruzadas de Nakaya con un Lancer bastante mal calzado, pasando por las conclusiones de los pilotos al final, llegando a dar detalles de cosas que los mortales no percibiríamos ni volviendo a nacer otra vez. Brillante.




No hay comentarios :

Publicar un comentario