PRUEBA: MERCEDES-BENZ A 180 CDI 7G-DCT (parte 2)



Nos habíamos quedado en la primera parte de esta prueba a punto de arrancar el nuevo Clase A que muy amablemente nos cedieron en Adarsa, el concesionario de Mercedes-Benz en Oviedo. ¿Por qué el A 180 y no otro? Por razones comerciales básicamente. Insistí a Javier, el amable director comercial que me atendió, para que me dejase cualquiera de las versiones de gasolina, pero solo disponían de las versiones diésel A 180 y A 200. Me comentó, entre otras cosas, que las ventas estaban en torno a un 80%-20% a favor del diésel  -en España somos así, que le vamos a hacer-  y que se estaba vendiendo muy bien. Concretamente, el A 180 CDI que probamos hoy es la versión más comercializada.

Dejémonos ya de curiosidades y porcentajes de ventas y pongámonos al lío, esto es, a conducir el Mercedes Clase A.


Motor y prestaciones

Antes de empezar, una aclaración: durante los primeros meses, el A 180 podía montar dos motores: un 1.5 de origen Renault que iba asociado al cambio manual o un 1.8 de Mercedes en el caso de optar por el cambio automático, siendo ambos de idéntica potencia. Desde enero de este año, tanto el manual como el automático llevan el 1.5, pero el Clase A de esta prueba es anterior a esa fecha y lleva el de 1.800cc, por lo que mis impresiones van referidas a este. Javier me confesó que notaba algunas diferencias entre uno y otro, siendo el de origen Renault algo menos refinado, cosa que no puedo confirmar ni desmentir al no haber probado ambos.


En general, me pareció un motor agradable, que trasmite pocas vibraciones al interior y no es particularmente ruidoso. De hecho, me dio la sensación de ser bastante refinado, más que el del Renault Mégane que probamos aquí y que monta el mismo 1.5 del que hablábamos antes, sin embargo esta diferencia podría deberse más a otros factores como el aislamiento o la calidad de construcción que al motor en sí. Sea como fuere, debe ser interpretado como un halago, porque el Mégane es bastante silencioso y agradable. No coincido con algunos “entendidos” que critican la presencia de este motor en un Mercedes, como si el fabricante francés fuera manco a la hora de hacer este tipo de motores y en Stuttgart tomasen decisiones a la ligera  -por mucho que el ahorro de costes haya podido pesar en la decisión de utilizarlo-  .

La escasa rudeza y el buen nivel de refinamiento se aprecia muy bien cuando entra en funcionamiento el start/stop  -que por cierto funciona rápido y muy bien-  por lo poco perceptible que es tanto el apagado como el encendido del motor. Por compararlo con el start/stop más reciente que tengo, el de un Audi A1 hace un par de días  -comparación injusta por la diferencia de precio y segmento-  el del Mercedes es mucho más agradable.


A nivel de prestaciones, el A 180 CDI es como cualquier otro coche de su potencia, no creo que el motor destaque especialmente, al menos en este modelo. Es agradable responde con energía a bajas vueltas, no es brusco en la zona media y hasta un poco pasadas las 4000 vueltas aún tiene sentido estirarlo. Es justo reseñar que el Clase A no es precisamente ligero  -1.400 kilos-  y que la unidad que conduje montaba unas bonitas pero excesivas  -para su potencia-  llantas de 18”, aspectos que repercuten negativamente en las prestaciones.

Sin embargo, este Mercedes guardaba un as bajo la manga: la magnífica caja de cambios de doble embrague 7G-DCT  -más detalles de la misma arriba en el diccionario-  . Es desde mi punto de vista tan buena como la DSG del grupo VAG, que es la que suele tomarse como referencia. Saca mucho provecho al motor, tanto que a veces parece que el coche corre más de lo que realmente hace  -cosa que en la práctica sí ocurre porque los saltos entre marchas son mucho más rápidos que los de un conductor medio con caja manual-  . Los cambios son instantáneos, tanto subiendo como bajando marchas. Puede funcionar en tres modos: manual, accionando las levas que hay en el volante, en modo Eco, que busca siempre el consumo más bajo, o en modo Sport, que estira más las marchas  -aunque sin pasarse-  . 


El único defecto que se le puede achacar y ni eso, porque no es una cualidad demasiado importante en un coche como este, es que no tiene memoria: si intentas reducir cuando la electrónica no lo permite  -para proteger de un posible sobrerrégimen-  el cambio no se produce cuando este ya es posible, hay que volver a accionar la leva. Tampoco mantiene la marcha cuando nos acercamos al corte y pasa automáticamente a la siguiente velocidad.

Del consumo me temo que no podré decir mucho. Durante todo el día, obtuve una media de 8,6 litros y creedme, no es un consumo alto considerando la conducción y las circunstancias, en ningún caso es extrapolable al día a día. En algunos momentos sí que fui pendiente del consumo que registraba el ordenador y me dio la impresión de tener un consumo bajo, propio de los motores diésel nuevos de similar potencia. Homologa 4 litros/100 km, pero en Spritmonitor, que miente menos que los ciclos de homologación, hay treinta y seis A 180 CDI que tienen una media de 5,87 litros/100 km. Aunque probablemente se estén mezclando el 1.8 como el de esta prueba con el 1.5 de origen Renault, uno se puede hacer una idea.

Comportamiento

Sin duda uno de los aspectos más comentados del Clase A es su tracción delantera, decisión que ha recibido algunas críticas y que dejamos para comentar después. Los primeros kilómetros ya delatan que estamos ante un coche que transmite mucha calidad en marcha. Al buen conjunto motor-cambio se le une una dirección suficientemente precisa  -personalmente no me importaría que lo hubiera sido un poco más-  , que hace que el coche obedezca muy bien, es muy fácil meterlo en las curvas. El ESP, que no es desconectable, evita que nos metamos en apuros cuando vamos más allá del límite.


Claro que buena culpa de esto lo tiene el fantástico chasis, con una gran puesta a punto que lo hacen menos subvirador de lo que uno se espera en un coche con esta configuración y peso. La suspensión trabaja de manera inmaculada y la versión que pude probar, equipada con suspensión Sport  -existe una menos rígida llamada Sport y la más deportiva AMG sport-  tiene un tarado bastante bueno para pasárselo bien por carreteras enrevesadas, aunque no tengo claro que sea la opción adecuada para quien anteponga la comodidad a la deportividad, al menos en conjunción con las llantas de 18” y el bajo perfil de los neumáticos. Tal como estaba, resulta más duro que el A3 Sportback que probé hace poco y que el BMW 118d, aunque este último no equipaba una suspensión deportiva como los otros dos. En cualquier caso no puedo decir en ningún caso que sea un coche incómodo.

Hace sol, el coche se presta a jugar, la suspensión te permite de todo, los frenos responden, las levas dejan exprimir motor CDI…  Sí, me lo estoy pasando muy bien ¡en un diésel de 109 caballos! Una potencia que, obviamente, queda muy por debajo de la capacidad del chasis, se nota en cuanto haces los primeros kilómetros en alguna carretera secundaria. Para estos menesteres, el A 250 tiene que ser un puntazo. A ver si en otra ocasión…


Mientras voy a devolver el coche, tengo algunos kilómetros para confirmar el aplomo y la seguridad que transmite el coche por autovía. Aunque en estas circunstancias no tiene el aislamiento de las grandes berlinas de la marca  -lo que es normal, no deja de ser otro segmento y nivel de precio-  y los ruidos aerodinámicos y de las ruedas sobre el asfalto están ahí, no cabe duda de que es un coche cómodo para viajar, más aún en los modelos con la suspensión Comfort de serie. Y ya que hablamos de viajar, la buena calidad del equipo de audio hará disfrutar más de las rutas largas.

Precio, equipamiento y...

Ahora sí, la polémica: ¿deja de ser el Clase A un verdadero Mercedes por el hecho de ser tracción delantera? En mi humilde opinión, no. Que lo sea o no se puede notar, e insisto que solo es mi punto de vista, en muchos otros aspectos como la calidad de rodadura o la sensación que transmite en determinadas circunstancias en las que el Clase A destaca notablemente.

¿Se ha equivocado Mercedes escogiendo la tracción delantera? Para mí, sí. Ha perdido la oportunidad de aprovecharse de un elemento diferenciador como es la propulsión. Al usuario medio le dará igual, pero no son pocos los que valorarán positivamente que la potencia vaya atrás, aunque no de mucho juego en niveles de potencia “normales”. Además, sus rivales más importantes tienen alguna característica diferenciadora: el A3 tiene el sistema Quattro, el Lexus CT tiene la hibridación, el Serie 1 la mencionada tracción trasera…  En este sentido, quizá si le hubiera merecido la pena poner sobre la mesa algo más. De momento no hay tracción 4Matic  -salvo en el A45 AMG-  , ni versiones eléctricas o híbridas, aunque podrían llegar en un futuro.

Actualización: la tracción 4Matic ya está disponible en los A 200 y A220 (CDI) así como en el A 250 de gasolina, siempre con la caja de cambios automática 7G-DCT.


Solo resta hablar de precio y equipamiento. Sobre el primero no va a haber sorpresas: como decía antes, es un Mercedes y es caro. Suele ser un poco más caro que sus dos alternativas por excelencia, el Serie 1 y el A3  -aunque habría que mirar cada versión individualmente-  pero también viene más equipado que ellas. 

En la versión de acceso (Style), que curiosamente es esta y no el A 180 de gasolina, parte de 25.600€  -ahora mismo, 22.900€ con plan PIVE y financiación con la marca-  e incluye climatizador monozona Thermatic, alerta por cansancio (Attention Assist), ayuda de arranque en pendiente (Hill-Start Assist), faros bi-xenon y luces de freno adaptativas, freno de mano eléctrico, capó activo para atropellos, la tradicional dotación de airbags y controles electrónicos (ABS, ASR, BAS, ESP), equipo de audio con conexión auxiliar, bluetooth, llantas de aleación de 16”, ordenador de a bordo…  Pocas cosas se pueden echar de menos. Además, Mercedes-Benz ofrece un interesante servicio de tres años de garantía con mantenimiento incluido  -neumáticos y gasolina excluidos-  por 20€ al mes, e incluye los consumibles que haya que sustituir.


Al igual que ya comentara en otras ocasiones, depende de cada uno valorar lo que ofrece el coche a cambio de, en este caso, unos elevados 25.600€. Por supuesto habrá quien valore más otras opciones de precio considerablemente inferior e igual o superior equipamiento. Yo me llevo una muy grata sensación del Clase A: dinámicamente quizá de lo mejor del segmento, con una innegable calidad de realización, un diseño francamente atractivo y diferente…  El Clase A llega tarde, pero muy fuerte y dispuesto a comerse el disputado segmento C premium. El tiempo dirá si lo consigue.

Galería de fotos


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Mi más sincero agradecimiento a Javier, director comercial de Adarsa, al propio concesionario por su atención y a mi amigo Miguel por ayudarme con las fotos y la prueba.

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