MULTAZO HISTÓRICO AL SECTOR AUTOMOVILÍSTICO


Este miércoles se ha hecho pública la multa que la Comisión Nacional de Mercados y Competencia ha puesto a veintiún fabricantes y otras dos empresas externas, acusados de actuar contra la libre competencia mediante prácticas constituyentes de cártel. Serán en total 171 millones a pagar por GM España (22,8 millones), Ford España (20,2 millones), Renault (18,2 millones), Peugeot España (15,7 millones) y su prima hermana Citroën (14,7 millones), Toyota España (8,6 millones), BMW Ibérica (8 millones), Hyundai y Kia (4,4 y 2 millones respectivamente), Nissan Iberia (3,1 millones), Mercedes-Benz (2,38 millones), Volvo Car España (1,7 millones) y Chevrolet, Chrysler, Honda y Mazda con algo menos de un millón de euros de sanción.

Según afirma la CNMC, las marcas “intercambiaron de forma sistemática información comercial sensible, tanto actual como futura, y altamente desagregada”, lo que ha estado ocasionando “efectos perjudiciales sobre la competencia del mercado”. Dicho así no parece tanto, pero en español llano equivale a decir que se han pasado datos sobre cifras de ventas de nuevos y usados, servicios de taller, reparación, mantenimiento, recambios, entre otros. Vamos, que se han estado contando intimidades unas a otras para “abordar” al cliente de la mejor manera posible durante los últimos siete años.

Si vuelves a leer las marcas implicadas, verás que te falta algo: efectivamente, el grupo Volkswagen  -Seat, Volkswagen, Audi y Porsche en este caso-  han quedado eximidas de la sanción en virtud del “Programa de Clemencia”, una medida comunitaria que retira la sanción al primero que tira de la manta y colabora activamente con la justicia, aunque haya estado metido hasta las patas. Así ha sido justamente el caso de VAG, que se ha librado del multazo más grande de todos: casi 40 millones de euros, cerca del doble de la cantidad impuesta al mayor “damnificado”, el grupo General Motors España. Aquí cada uno tendrá su propia opinión al respecto, pero librar de la totalidad del pago al “chivato” aun siendo el mayor beneficiado durante siete largos años de esta suerte de estafa me parece un premio, cuando menos, excesivo.


Como detalle, sabed que la CNMC ha calculado las sanciones aplicando entre un 0,10% y un 2% del volumen total de negocio en 2014, nada del otro mundo teniendo en cuenta los números que manejan los fabricantes. Unos fabricantes con los que, por cierto, el Gobierno ya se ha portado suficientemente bien con, por poner un ejemplo, los planes PIVE, un dinero de todos nosotros destinado a fomentar las ventas.

Por su parte, la Asociacion de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC, ha afirmado que nuestro mercado es uno de los más competitivos de Europa, que ninguna compañía supera el 10% de cuota  -no veo la relación entre tener más o menos cuota de mercado y tener la cara dura de pactar precios con el vecino-  y que los descuentos son de hecho muy jugosos, tanto así que el precio de los coches se ha abaratado en un 15%  -me gustaría ver qué datos manejan-  en los últimos seis años.

Volvo ha anunciado que recurrirá la sentencia, un camino que podrían tomar también otros fabricantes. 

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