EL FUROR DEL TURBOCOMPRESOR




El turbo, ese sistema de sobrealimentación que se vale de los gases de escape para comprimir el aire de la admisión, está de moda. Para ser justos ya llevaba de moda por lo menos desde el ’86, cuando el Croma  -por enésima vez Fiat es ejemplo de innovación tecnológica-  se convirtió en el primer vehículo de pasajeros en montar un motor turbodiésel de inyección directa.

Desde aquel momento, se fue popularizando tanto su uso como el propio motor diésel, experimentando un crecimiento imparable que llega hasta nuestros días, donde nos compramos un dCi, JTD, TDI, CDTi… hasta para hacer 100 km al año. Su utilización en este tipo de motores era necesario: los diésel atmosféricos, además de contaminar como condenados, daban para lo que daban. Sacarle más de 100 CV a esos bichos costaba Dios y ayuda. A cambio, gastaban una miseria y eran tan fiables como la navaja del abuelo.


En motores de gasolina, ver un coche con la inscripción Turbo siempre ha sido sinónimo de estar ante algo gordo: solo los modelos más prestacionales de la gama lo equipaban, siendo la gran mayoría de los coches atmosféricos de mayor o menor rendimiento. De un tiempo a esta tarde, esto ha cambiado radicalmente. Ahora lo realmente difícil es ir a un concesionario y volver con un motor de aspiración natural.

Turbo… ¿por qué?

¿Por qué ha sucedido esto? Bueno, en mi opinión se debe a dos factores: la necesidad de reducir emisiones y el ahorro de costes.

Euro 4, Euro 5… ¿os suena? Son las normativas anti-contaminación europeas, llamadas a evitar que todos tengamos alergia a todo y nos crezcan tumores en el pulmón. Sus cada vez mayores restricciones obligan a los constructores a hacer fuertes inversiones para ser aptos. Esto es bueno para todos  -lástima que hayamos sido los últimos en darnos cuenta de lo contaminante que es el diésel-  , así que nada que objetar. Cada motor debe ser más eficiente que el anterior y punto.


Luego está el tema del ahorro de costes. Contaminar menos cuesta dinero. Mucho, para ser exactos. ¿Qué creéis que resulta más sencillo y barato, crear un motor atmosférico de 2.3 litros eficiente, con válvulas de alzado adaptativo, menor rozamiento interno, mayor ligereza, sistemas auxiliares para volver a quemar gases, mejores catalizadores… o ponerle turbo a un motor de lavadora para que de una cantidad razonable de caballos? Pues eso es lo que han hecho los constructores: tirar por el camino más sencillo y, dicho sea de paso, por el que más barato nos sale a los consumidores.

Hay que añadir que, cuando se trata de atmosféricos, de un mismo bloque no se sacan muchas potencias diferentes, el margen es pequeño y para cubrir una gama actual harían falta varios bloques diferentes. En la actualidad, del mismo propulsor lo mismo se sacan 100 que 200 CV, solo hay que tocar la gestión electrónica y la presión de soplado del turbo. Un ejemplo: el Golf VI cubre toda su gama  -nueve motorizaciones diferentes-  con sólo 5 cilindradas





Contenido extra

Hasta ahora solo he empleado razones más o menos empíricas, las pasionales vienen ahora: los defensores de los motores atmosféricos argüimos que estos son lineales, absolutamente dosificables, de respuesta inmediata  -aunque menos contundente-  más elásticos y cada vez más embriagadores a medida que se acercan a la zona roja. Son más fiables, su sonido es embaucador  -escuchad como chilla este Honda S2000-  y en condiciones reales no gastan mucho más que los turbo  -si no me creéis sed un poco exigentes con un 1.4 TSI o con el reciente 1.0 EcoBoost de Ford- .


Para desgracia de los que somos fans, el futuro pasa por la sobrealimentación y el downsizing  -empleo de cilindradas cada vez menores-  . Esperemos seguir disfrutando de algún reducto  -hasta ahora Honda y sus Type R lo están siendo-  al que poder acudir cuando nos cansemos de escuchar el silbido del turbo...

4 comentarios :

  1. Se nos engaña con los consumos constantemente, un ejemplo claro es el Toyota Auris con un 1600 gasolina atmosférico (de los pocos atmosféricos que quedan), tiene un consumo real de unos 7.5 litros a los 100... lo mismo que los TSI,THP... y sobretodo con una fiabilidad que no tienen ninguno de ellos porque en cuanto se rompa el turbo adiós a la economía del downsizing. Es verdad que no siempre se rompen pero al que seguro que no se le rompe es al atmosférico.
    Se nos quiere engañar con unos consumos de miedo, pero miedo nos dará al conocer los consumos reales.

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  2. Salta a la vista que los "molinillos" que abundan ahora salen beneficiados del ciclo NEDC. También ayuda que los motores de esa clase equipan tecnologías, como el start/stop o la desconexion de cilindros, que no se montan en los atmosféricos, que han quedado un poco desatendidos o relegados a motor muy muy básico de acceso a gama.

    Respecto a la fiabilidad, solo queda esperar a que haya muchos motores con 10 años o más, pero yo soy más bien pesimista: me cuesta imaginar que un Focus de 1300 kg movidos por un 1.0 litros tricilíndrico pueda llegar a 200.000 o más kilómetros, aunque esto es una opinión personal sin base cientifica ni nada por el estilo. El tiempo lo dirá.

    Volviendo otra vez a lo de los consumos, el problema radica en las condiciones de la homologación, que son ridículas y del todo imposibles de reproducir. Intentaré escribir al respecto, porque es de risa.

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  3. Cierto, yo observo que los atmosféricos "mienten" menos en el ciclo de homologación y que son menos sensibles a lo que te pese el pie. Si te esperas unos consumos de unos 6.5 litros y te encuentras con 7 o 7.5 pues no esta mal, es cierto que es mas pero no mucho. En cambio si esperas un consumo de 5.2 litros y te encuentras con lo mismo que el atmosférico (si eres bueno),o mas en la mayoría de los mortales, pues la decepción es mayúscula. Creo que con el tiempo se verá que el camino correcto es el de seguir desarrollando el atmosférico, como hacen las marcas japonesas encabezadas por Mazda en este sentido. En España no, aquí dentro de 10 años se seguirá pensando que lo mejor para todo el mundo es un turbodiesel, pero en el resto del Europa y el mundo si.
    Me gustan mucho este tipo de artículos, te animo a hacer mas como estos.

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  4. Muchas gracias, agradezco mucho que alguien se anime a dar su opinión, sea en un sentido u en otro

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