GLP, LA "GASOLINA" BARATA



A estas alturas, decir que en España no somos los más espabilados de Europa no es descubrir demasiado. Hoy, sin ir más lejos, hablaremos de un claro ejemplo de esto que afirmo: nuestro desconocimiento absoluto del GLP,  Gas Licuado del Petóleo o Autogas.

Venga sé sincero: no tienes ni puñetera idea de lo que estoy hablando, ¿verdad? Yo tampoco la tenía hasta hace 4 días, así que vamos a arrojar un poco de luz sobre el asunto: el GLP es el combustible alternativo más ampliamente utilizado a lo largo y ancho del globo. Es una mezcla de propano y butano almacenada en estado líquido  -unos 10 bares-  , es decir, es un combustible fósil igual que la gasolina o el diesel, solo que de este tenemos en abundancia.

¿Ventajas? Ahí va la más placentera: cuesta LA MITAD que la gasolina. Actualmente debe de estar a unos setenta y pico centimos más o menos. Como la gasolina cuando los españoles aún creíamos que “España iba bien” y todo era estupendo. Lástima que, como me enseño mi amiga Chelo, la risa vaya por barrios.

La segunda ventaja  -que, seamos sinceros, a muchos nos importa un huevo-  son las emisiones: reduce más de un 90% las emisiones de óxidos de nitrógeno respecto a un motor diésel, también se reduce el CO2 emitido, las partículas  -lo más “chungo” para la salud-  son infinitamente menores, hay menos hidrocarburos sin quemar…  A cambio aumentan el monóxido de carbono y los amoníacos, pero el balance es positivo.

La tercera es que prácticamente cualquier coche de gasolina puede funcionar con GLP, ya que este gás funciona exactamente igual que la gasolina en los motores de ciclo Otto, solo que los inyectores escupen gas y no el carísimo líquido tradicional. De hecho, un coche adaptado funciona con los dos: gasolina y gas. La adaptación consiste en añadir unos inyectores específicos, un depósito de combustible adicional  -ubicado en la rueda de repuesto, que se pierde-  y una centralita nueva para la gestión electrónica.

Detalle de la "nueva rueda de repuesto"

¿Desventajas? Pues sí, alguna hay. La primera es que solo se pueden adaptar coches que cumplan la normativa Euro 3  -del año 2000 en adelante más o menos-  y que dicha adaptación sale por unos 2000 €.

De la misma manera, hay que saber que el consumo aumenta. Según el modelo, sí tu coche gasta 7 litros/100 km, con gasta gastará unos 8 litros y algo. Se suele perder un poco de potencia a altas revoluciones a costa de ser más enérgico en la parte baja del cuentavueltas. También se gana en suavidad de marcha y se reducen las vibraciones.

Así pues, tendríamos un coche con dos depósitos  -mucha más autonomía-  que tirará de gas en condiciones normales salvo unos segundos al arrancar  -por seguridad-  o salvo que el conductor así lo prefiera cambiando de combustible con un selector. El coche sigue usando un poquitín de gasolina para evitar resecado de válvulas y demás, pero es un gasto ridículo.

 Por último pero no por menos importante, la red de distribución: como no vivas en una ciudad, estás jodido. Y en algunas ciudades apenas sí hay una estación de servicio donde puedas surtirte de gas.


¿Sale a cuenta?

Pues saca papel y boli y haz cuentas, que es muy sencillo. Lo cierto es que resulta muy difícil encontrar un caso en el que la inversión no se amortice antes de 70.000 km, lo normal es hacerlo antes. Y a partir de ahí, el ahorro puede ser brutal.


Dicen los que lo tienen que repostar a 0.78 ctms/litro engancha. Que se conduce más relajado, con menos preocupación por el sablazo de la gasolinera o por los movimientos de la aguja de combustible. Y la verdad, me lo creo, porque yo cada día siento más el efecto contrario. Conduzco de peor humor cuando tengo que aflojar más de 70 euros por llenar el maldito coche.

No hay más que ver que, de España para arriba  -los Pirineos, esa cadena montañosa que parece filtrar el sentido común-  hay cerca de 8 millones de coches que utilizan GLP. No estamos hablando de cuatro “panolis” con una cooperativa.

Taxistas: colectivo que, en materia automovilística, son mucho mas inteligentes que el resto  -por la cuenta que les trae-

Sabe Dios que, si mi gasolinera con GLP más cercana no estuviese a más de 100km y mi coche no tuviera tantos kilómetros, pese a que se puede convertir aún, ya estaría buscando un taller para hacer la conversión. No soy de los ingenuos que piensa que, algún día, la gasolina volverá a bajar.

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